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2 mayo: Día Internacional contra el Bullying

 

VIOLENCIA EN LAS AULAS: BULLYING

Este día tuvo que ser fijado debido a la necesidad de concienciar a la población mundial del acoso escolar que sufren millones de niños/as repartidos por todo el mundo.

 

Algo de historia…

Vamos a hacer una breve introducción de cómo surgió este concepto. La terminología bullying no fue creada hasta 1993 por el psicólogo escandinavo Dan Olweus debido a los estudios realizados en los años 70 sobre el suicidio en los jóvenes. Olweus encontró que habían sido víctimas de agresión física y emocional de parte de sus compañeros de escuela.

 

Algunos datos estadísticos…

Según el Ministerio de Educación, en el curso escolar 2017/18 se atendieron casi 13000 llamadas. De todas ellas, menos del 4% provenían de las propias víctimas debido al miedo y al sentimiento de indefensión, el resto del porcentaje pertenece a los familiares cercanos, padres y madres. Otro dato llamativo es que el 73% de las víctimas llevaban sufriendo en silencio meses o años.

El rango de edad más vulnerable a esta situación de acoso son los escolares de 10 a 13 años, representando el 46% de los casos.

El bullying hace referencia a un es un desequilibrio de poder entre agresor y víctima en el que esta última se percibe vulnerable y desprotegida. Además, la violencia que se produce es intencional, repetida y continua.

 

El agresor…

Este acoso no nace de repente. En el agresor hay unos factores de riesgo que actúan como antecedentes como son los factores familiares, culturales, escolares e individuales.

A estas edades su grupo de iguales es lo más importante, por tanto, la presión que se ejerce sobre los menores es determinante. Incluso a veces no son plenamente conscientes de la cantidad de daño que están haciendo y las consecuencias que tiene este, es decir no son capaces de empatizar con la víctima incluso no miran más que su propia diversión.

El menor que ejerce la agresión tiene un déficit en habilidades sociales como la empatía a la que hemos hecho referencia anteriormente necesaria para “ponernos en los zapatos” de la otra persona, ocupar su lugar y entender cómo se está sintiendo. Déficit en asertividad, tan necesaria para expresar peticiones o desconformidades con respeto hacia los demás y sin el uso de la violencia. Dificultad en el mantenimiento de conversaciones y resolución de problemas.

 

La víctima…

Estos niños generalmente no disponen de recursos para frenar el bullying. Son situaciones que escapan de su control y de su entendimiento sintiéndose impotentes ante ellas y creándoles un gran sufrimiento en su interior.

Muchos niños lo sufren en silencio, por lo que es muy importante detectar cualquier indicio. A continuación, se describen algunas señales que pueden manifestar que algo está ocurriendo:

– Cambios de humor (tristeza, llanto, irritabilidad)

– Problemas de sueño, especialmente pesadillas.

– Poco apetito.

– Pérdida o deterioro de objetos personales.

– Señales físicas como golpes, rasguños o hematomas o dolores somáticos (cabeza, estómago).

– Evita ir al colegio, cosa que antes no hacía.

– Distanciamiento de los compañeros.

– Descenso del rendimiento escolar.

 

Y, por último, los espectadores…

Los espectadores tienen un papel fundamental en el acoso escolar. La ausencia de respuesta crea en el agresor una percepción de aceptación de la conducta. En la mayoría de las ocasiones los agresores se sienten respaldados por los espectadores, puede que este respaldo no sea real, sino una percepción, pero lo que es seguro es que no se sienten juzgados proporcionándoles libertad para continuar con las agresiones.

Se ha demostrado que la no actuación del espectador se debe al miedo a ser incluido dentro del círculo de victimización y convertirse también en blanco de agresiones. Esto impide que el alumnado que siente que debería hacer algo no lo haga.

 

¿Cómo trabajar desde casa?

Con una sencilla dinámica familiar podemos trabajar para los tres grupos, agresores, víctimas y espectadores.

Un pilar fundamental para el trabajo desde casa es ser el modelo para el niño. Los padres, a veces no somos conscientes de la capacidad de observación y de imitación que tienen los niños, somos su principal fuente de aprendizaje.

Nuestra propuesta es trabajar habilidades sociales y comunicación a través de un sencillo juego muy ameno, el cual será necesario incorporarlo a nuestra rutina diaria. Para llevarlo a cabo, hemos de contar con un espacio en el que nos podamos reunir todos, por ejemplo, durante la cena al que llamaremos “nuestro telediario”. Este tiempo lo aprovecharemos para crear un clima de confianza en el que nuestro hijo/a nos cuente al menos una noticia “buena” del cole y una noticia “mala”. Los adultos también tendremos nuestro turno y en él intentaremos ser los “modelos encubiertos” de ellos. Así, En la noticia “buena” resaltaremos una mentalidad más positiva, apreciar las pequeñas cosas de nuestro día a día. Mientras que la función de la “mala” es proporcionar normalidad a las contrariedades diarias y así aprender a relativizar y a mejorar la gestión emocional. Además, tenemos la oportunidad de podemos relatar o “inventar” pequeños conflictos de nuestro lugar de trabajo o del día a día y buscar la mejor solución entre todos.

Este juego es idóneo para trabajar los siguientes aspectos:  saber cómo se sienten nuestros hijos en el colegio, qué problemas pueden tener, conocer mejor sus motivaciones, libertad para expresar sus emociones y crear directrices y pautas para la resolución de posibles problemas. Un ejemplo aclaratorio puede ser el siguiente: “hoy en la oficina me ha dicho mi compañero que si le puedo llevar un café, pero estoy un poco cansado porque todos los días me lo pide y se lo compro con mi dinero”. Entre todos y por turnos tenemos que buscar la mejor solución

 

Información importante:

-Número de teléfono contra el acoso escolar: 900 018 018. Este servicio es gratuito, confidencial y anónimo. Está operativo las 24 horas y es atendido por profesionales (psicólogos, trabajadores sociales y abogados).

-O a través de Chat ANAR.

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