Scroll Top

Adolescencia y Covid-19

 

Nunca nos podríamos haber imaginado ni por un segundo que podríamos llegar a una situación de pandemia mundial que nos hiciera parar el mundo. Todos hemos pasado momentos difíciles y durante meses hemos estado expuestos a noticias negativas que colmaban periódicos y telediarios, y no ha sido hasta hace poco cuando hemos empezado a sentir cierta esperanza. Comenzamos con la desescalada, con miedo, precaución e incertidumbre. Todos salimos a la calle con medidas restrictivas, limitación de horarios y acompañados de personas del mismo hogar. Pero es probable que, conforme avanzaba la desescalada, viéramos a grupos de amigos saltarse las restricciones sin respetar distancias, incumpliendo el número máximo establecido de personas o sin mascarillas. Estas conductas son más proclives de llevarse a cabo en adolescentes debido a los condicionantes propios de la edad.

 

La adolescencia constituye un proceso altamente versátil a nivel biológico, social y psicológico. Además de esto, se añade una mayor volatilidad relacionada con diferentes estresores que puedan encontrarse en este proceso de cambio, sin olvidar las diferencias derivadas por factores como sexo, etnia o ambiente de desarrollo.

 

Vamos a contextualizar este proceso de cambio. En las primeras etapas de la adolescencia, hacia los 12 años, el menor intenta diferenciarse de su vínculo afectivo -sus progenitores- su mayor influencia hasta el momento; intenta buscar su propia identidad, logrando así la aceptación de sí mismo, tanto de su cuerpo como de su personalidad, y el desarrollo de valores propios e ideología. Además, a esta búsqueda de identidad le acompaña cierta rebeldía con el objetivo de consolidarse a sí mismo y reivindicar su autonomía.

 

A continuación, haremos una breve descripción de las tendencias más características que pueden ayudar a entender su conducta en la desescalada. Algunas de las peculiaridades que engloban a esta etapa son las siguientes:

  • Poseen una gran capacidad crítica con el mundo que les rodea. De aquí su creencia de que en ciertos campos tienen mayores conocimientos que padres o profesores. Esto les lleva a actuar acorde a su creencia, dificultando aceptar consejos ajenos.

 

  • Se encuentran muy centrados en sí mismos. Esta visión les limita su perspectiva creyendo que los demás muestran un pensamiento similar a ellos. Si lo más importante para el adolescente es quedar con su amigo, va a estar plenamente focalizado en ello ignorando el resto de consejos o peligros.

 

  • Tienden a la impulsividad, relacionada con las conductas de riesgo. Esto dificulta prever las consecuencias de una acción, cobrando especial importancia si nos referimos a conductas peligrosas como desatender los consejos que nos da el Ministerio de Sanidad.

 

  • Todos hemos tenido el pensamiento de “esto a mí no me pasará”, este tipo distorsión está muy ligada a la adolescencia. Un ejemplo puede ser el siguiente: yo estoy seguro de que no me voy a contagiar de Covid-19, eso le pasa a los demás. También es habitual que este pensamiento se extienda a conductas sexuales sin protección o primeros contactos con sustancias tóxicas. Aunque sean conscientes de que hay riesgo, este poder ilusorio es más fuerte inclinando su visión hacia la recompensa que puedan obtener o la sensación de recompensa, inhibiendo el peligro posible.

 

Es necesario ser cautos y conscientes de que estas características son generales, son tendencias comportamentales y de procesamiento cognitivo de un grupo de edad. Existen variaciones individuales por lo que es probable que muchos de los adolescentes no encajen con esta descripción.

 

Cuando visita nuestro sitio web, puede almacenar información a través de su navegador de servicios específicos, generalmente en forma de cookies. Aquí puede cambiar sus [gem_privacy_settings_link]preferencias de privacidad[/gem_privacy_settings_link]. Tenga en cuenta que el bloqueo de algunos tipos de cookies puede afectar su experiencia en nuestro sitio web y los servicios que ofrecemos.