Las tecnologías en general y, las redes sociales (RRSS) en particular, han sido sin duda alguna una evolución en la sociedad. Las redes son una forma accesible y rápida de conocer tanto las últimas noticias que nos interesan, como de seguir los pasos de ídolos, además son un medio para a estar en contacto con amigos o conocidos que probablemente vivan a kilómetros de nosotros. Nos ofrecen un sinfín de posibilidades y ventajas, pero también tienen una parte negativa mas difícil de detectar: el uso inadecuado de las redes sociales puede crear estrés, dependencia o incluso desequilibrio emocional.
Según el Estudio Anual de Redes Sociales 2019, el 85,5% de los internautas de 16-65 años utiliza Redes Sociales, lo que representa más de 25 millones usuarios en España. Respecto a las preferencias, la más usada es YouTube, utilizada por un 89%, seguida de WhatsApp, con un 86%, y Facebook, con un 79%.
Un estudio realizado por la Universidad de Glasgow señala que en torno a un 20% de los adolescentes pasan cinco horas o más en aplicaciones como Instagram, WhatsApp y Facebook todos los días retrasando la hora de acostarse para estar “conectados” , afectando a su descanso.
Las ventajas del uso de las redes sociales las sabemos todos, pero a continuación vamos a detallar cuáles son los posibles problemas que nos pueden causar:
Dependencia:
El poder entrar y mirar noticias actualizadas, “likes” o comentarios en nuestras publicaciones nos genera bienestar actuando como potentes reforzadores. Ese refuerzo no sabemos cuando va a aparecer generando una incertidumbre y promoviendo que entremos más frecuentemente para comprobarlo. Este mecanismo es el que nos puede generar dependencia de las RRSS.
Estrés:
Ocuparnos de las redes nos puede llevar una gran cantidad de tiempo y dedicación. Tenerlas “abiertas” en el teléfono móvil hacen que les demos el permiso para interrumpirnos en cualquier momento desviando nuestra atención y pudiendo convertirse en una fuente de estrés.
Desequilibrio emocional:
Cuando abrimos cualquier red nos encontramos con información de todo tipo, aunque lo que “más vende” es la polémica y las malas noticias. De ahí que tengamos una sobre-exposición a enfoques negativos afectando a nuestro estado de ánimo.
Aparentemente las tecnologías nos facilitan la vida y nos permiten hacer más cosas en menos tiempo, el peligro al que nos enfrentamos es que si no sabemos poner límites, corremos el riego de que nos perjudiquen.
- Establecer periodos de tiempo concretos para gestionar las redes sociales. Este es el llamado “batch checking” o agrupación del chequeo de redes en un tiempo determinado.
- Eliminar las aplicaciones de las distintas redes sociales de nuestro teléfono móvil y tener el acceso solo desde el ordenador.
- Apagar o no coger el móvil una hora antes de irnos a la cama.
Lo importante es poder conectar con las redes sociales de manera consciente y cuando nosotros decidamos, no cuando ellas quieran contactar con nosotros.
En nuestro blog se pueden consultar más en profundidad sobre la ansiedad y sus síntomas.